
El trabajo de Wall Pereyra emerge en la intersección entre la ilustración tradicional y la digital, así como la apropiación de los cánones tradicionales del arte homoerótico. Su obra, situada en el ámbito del bara yaoi, retoma la estética del manga japonés para explorar diálogos entre la masculinidad, la pornografía y el deseo en cuerpos masculinos desmesurados y refinados, alcanzando así los contornos de la representación queer.
Pereyra se apropia del lenguaje visual del cómic y la iconografía de los superhéroes, canalizando la influencia de la narrativa de los X-Men. Al igual que dicha saga, su trabajo aborda cuestiones de diversidad sexual, subvirtiendo las convenciones del género para reflexionar sobre lo camp de las masculinidades. Las figuras que dibuja, claramente influenciadas por la dinámica anatomía heroica de Jim Lee, son simultáneamente eróticas y heroicas, ocupando posiciones que desafían tanto la vulnerabilidad como la fuerza, la sumisión y la dominación.
En su obra, Pereyra crítica y celebra al estereotipo hipermasculino, construyendo un espacio donde la carne y la fantasía se encuentran en una representación radical del cuerpo masculino como objeto de deseo. En su exploración de la identidad y la sexualidad, Pereyra no sólo pone en crisis las normas heteronormativas, sino que también invita al espectador a cuestionar su propio lugar en el complejo entramado de poder, deseo y representación.






