En una sociedad donde normalmente la sexualidad está relacionada con el placer, los discursos que abarcan a las relaciones sexuales desde el malestar quedan, en su mayoría, excluídos. En los últimos años se ha hablado mucho sobre la liberación corporal y sexual, pero a menudo olvidamos que todo proceso de libertad conlleva un estado de incomodidad. Sentimientos que están vinculados con emociones «negativas» frecuentemente son establecidos como sentires ocultos, porque se nos ha indicado lo que debemos mostrar y lo que debemos ocultar. 

En este conjunto de obras, podemos encontrar, y encontrarnos, en los momentos donde el placer nos lleva a un estado de incomodidad a tal punto de hacernos sentir fuera de nuestro propio cuerpx. Donde la repulsión, el miedo y la frustración toman relevancia cuando de relaciones sexuales se trata. Es así que txrnme_on, desde sus experiencias personales, nos relata a modo de catarsis su sentir hacia las relaciones sexuales, las cuales no entran en el marco de lo heterocisnormado. 

Apoyándose de la estética eroguro, cuya primicia encuentra a lo erótico con lo grotesco, inclusive con el sinsentido, podemos generar una lectura más amplia de las obras; las cuales, abarcan una variedad de representaciones sexuales, en este caso, a través de cuerpxs andróginos y el uso constante de insectos. Por otro lado, se atendiende a las relaciones de poder que en las prácticas sexuales también se ejercen. Bajo el marco del dolor y hasta ciertos tintes de violencia, es desde dicho movimiento artístico, que txrnme_on encuentra una alternativa para representar los pensamientos sexuales de un chico trans. 

Con un notable conocimiento e influencia de la estética japonesa, así como de su iconografía, esta serie de obras rescata las posibilidades de la narrativa eroguro, de la estampa japonesa ukiyo-e y la influencia del manga, específicamente del estilo del mangaka Junji Ito. txrnme_on a lo largo de sus obras nos muestra elementos claves como los grotescos insectos gigantes, objetos japoneses tradicionales, en este caso, las muñecas ichimatsu, la representación de estímulos sensoriales como el beso japonés, el cual consiste en usar el ojo como órgano erógeno, y objetos personales como boletos de cine y timbres postales. Encontramos un constante juego de dichos componentes que en conjunto nos relatan la sensación de inseguridad e incomodidad a la hora de hablar de intimidad sexual. 

Texto: Vanessa Barrientos