
¿Qué pasaría si pudiera duplicarme y mantener relaciones sexuales conmigo mismo? Esa es la premisa con la que Gerardo Rivera parte para esta serie de ilustraciones eróticas, en las que podemos ver autorretratos que se multiplican para satisfacer sus deseos sexuales consigo mismo y unos a otros; en sus ilustraciones, la piel, el ritmo, la zona anal y la zona genital son las protagonistas, al multiplicarse el cuerpo estas también, y van en busca del placer que encuentran en sí-mismas.
El onanismo se ha considerado como un exceso, un pecado o una enfermedad; abusar de ello podía llevarnos a la pérdida del semen vital hasta la castración; es así que en esta exposición nos invita a multiplicarnos en la mente y erotizar nuestra imaginación, no para tirar la semilla en el suelo, sino para dejarlo fluir, derramarla sobre nosotros mismos, frotarla y volver gemir, olerla y volver a recordar, saborearla y lengüetear sobre nuestros labios, untarla para que nuestra piel la absorba y vuelva a uno mismo a través de ese otro yo mismo que se ha multiplicado.




