
Taro Mendoza nos presenta un ejercicio visual que se sitúa en el cruce entre la ilustración y el diseño de personajes, articulando un lenguaje gráfico que reinterpreta los códigos del manga y del anime desde una sensibilidad cuir. Con trazos firmes, paletas contenidas y composiciones cargadas de gestos, Mendoza revisita los códigos visuales buscando el trazo particular y complicado de expresar la manera más realista aquellos sentimientos tan profundos de los personajes y sean percibidos por los espectadores, además de fusionar el estilo cartoon con algunos toques del estilo japonés del manga y el anime para subvertirlos .
Desde una perspectiva del diseño de personaje, Taro construye identidades visuales ambivalentes, sus personajes condensan arquetipos en conflicto —el ángel y el demonio, el deseo y la culpa, la pureza y la transgresión—, con un juego propio y dinámica de dominación del personaje más “frágil” comunicando la indiferencia de las miradas externas y haciendo un poco de alusión al voyeurismo, esto comentado por Taro, siendo así despojados de su lectura moral tradicional. La estilización corporal, el énfasis en la gestualidad y la economía de elementos escenográficos permiten que la narrativa se concentre en la psicología visual del personaje.
En esta exposición, Entre el halo y el cuerno, la obra propone una lectura simbólica de la dualidad identitaria. La tensión entre las figuras opera como un dispositivo visual de contraste. A través del encuadre cerrado y la interacción corporal, Mendoza genera una escena de intimidad y confrontación que trasciende la literalidad narrativa para devenir en alegoría emocional. Las imágenes que Taro Mendoza nos presenta, son apropiaciones y reconfiguraciones de el cartoon y pequeñas similitudes de la cultura visual japonesa mediante procesos digitales y enfoques autorales. Mendoza explora la hibridación estética entre el lenguaje de la animación y la introspección simbólica del arte gráfico, situando su trabajo en un territorio liminal entre lo popular y lo conceptual. Entre el halo y el cuerno funciona como un fragmento poético, una metáfora visual del conflicto interior entre moral y pulsión demostrando el trato, la dinámica y el que juego de los personajes que se plasma en la obra.
Curaduría:
Mel García.






