
En la obra de Polo Bengoa, el cuerpo es un territorio de tránsito, deseo y trascendencia. En El Señor de las Mariposas, Bengoa explora la fragilidad de la carne y la eternidad del espíritu a través de desnudos que evocan el éxtasis y el sacrificio. Inspirado en figuras religiosas como Cristo y San Sebastián; la muestra es una reinterpretación de los martirios de Bengoa como metáforas del amor y la muerte, desdibujando los límites entre lo divino y lo humano.
Su serie de naturalezas muertas refuerza esta reflexión a través de alegorías a flores y árboles que mueren, y que conviven con la presencia latente del cuerpo, sugiriendo un diálogo entre la belleza efímera y la memoria persistente. En Máxima Quimérica, la pieza que inspira la exposición, un bivaque de mariposas monarcas acompaña la metamorfosis de un ser, evocando el poder transformador del deseo y la identidad queer como un proceso de continua reinvención.
Polo Bengoa crea un espacio donde la vulnerabilidad es un acto de resistencia y la sensualidad se convierte en un rito de redención. Su obra nos invita a mirar el cuerpo como un umbral entre lo terreno y lo sagrado, entre la carne y el espíritu, en un viaje hacia la transfiguración.
Benjamín Martínez Castañeda.
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